“Conocer a los demás es de listo conocerse a uno es de sabio”, (Albert Einstein).
El autoconocimiento nos permite saber nuestros rasgos de personalidad, nuestras
fortalezas y debilidades, así como lo que nos mueve o activa, identificar nuestros
estados de ánimo. Poder apoyarnos en nuestras fortalezas y acoger nuestras
debilidades.
Al entender nuestros estados emocionales ponemos luz en nuestro mundo interior,
Conocernos a nosotros mismos es la primera aptitud de la inteligencia emocional, si
me conozco a mí mismo podré entender mejor a los demás.
El autoconocimiento nos permite conectarnos no solo con nuestros sentimientos,
sino también con nuestro pensamiento, entender la manera de relacionarnos con
nosotros mismos, para poder tratarnos de una forma amable y no critica frente a las
diversas circunstancias de la vida. Pensar bien es sentirse bien.
El autoconocimiento también nos permite darnos aquello que necesitamos, que
cosas son saludables para nosotros, que es lo que necesitamos o nos ayuda a
progresar como personas y poder apartar aquello que nos perjudica. Nos permite
poner límites saludables y cuidar de nuestras necesidades y de las necesidades de
las otras personas.
El autoconocimiento nos da la capacidad de saber que tenemos un valor intrínseco
propio independientemente de lo que hagamos o sintamos. Desarrollar una
mentalidad de crecimiento que nos permita aprender de nuestros errores, poder
equivocarnos y tener limitaciones como parte de la naturaleza humana imperfecta.
No puede haber autoestima sin autoconocimiento.
Merce Rodriguez, Psicologa del Centre Medic Sant Ramon
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